Hora de irse!

El puente Golden Gate es un auténtico símbolo de la ciudad de San Francisco, mostrado docenas de veces en películas y que atrae a locales y visitantes con su inusual belleza. Hasta 1964 fue el puente colgante más largo del mundo. La mejor vista se abre desde la plataforma de observación, deje su coche en el aparcamiento y disfrute de un paseo.

En cuanto se aleje unos kilómetros de la bulliciosa ciudad, verá un paisaje natural impresionante. Fort Fuston es el lugar para detenerse, dar un paseo y tomar aire fresco frente al mar.

A orillas del mar, hay un acogedor restaurante peruano con vista panorámica. Lo que vale la pena probar aquí es paella y mejillones, crème brûlée de postre. Tenga en cuenta que los fines de semana están ocupados aquí, así que es mejor reservar una mesa con anticipación.

Otro hermoso lugar en nuestro camino. Además del calmado paisaje, el lugar también es interesante porque es el hogar de las raras águilas de cabeza blanca.

La Universidad de Stanford tiene un hermoso jardín con una rosaleda e impresionantes esculturas. El jardín es pequeño, pero definitivamente vale la pena visitarlo, pocos lugares fuera de París pueden mostrar una colección tan extensa de obras de Rodin.

Los creadores del restaurante dicen que lo principal para ellos es la sencillez y el minimalismo, que se manifiesta en el interior y en el servicio de los platos. Pero el sabor y la calidad están siempre por encima. El menú de este lugar puede describirse como una fusión que combina elementos de la cocina californiana y japonesa. La lista de platos se actualiza constantemente: el chef aporta nuevas recetas y nueva inspiración en cada viaje.

El primer día del viaje está llegando a su fin, es hora de instalarse en una acogedora habitación de hotel y relajarse.