Los palacios de Augustusburg y Falkenlust son Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO desde 1984, y su arquitectura y jardines se consideran obras maestras del rococó. En un día despejado, podrá tomar maravillosas fotos del castillo de Augustusburg y junto a su reflejo en la fuente.

Este aparcamiento de varias plantas del Centro Mundial de Conferencias se encuentra en la calle Karl-Carstens-Strasse. En caso de duda, introduzca "Welckerstrasse" en su navegador. Una vez aparcado, estará a sólo diez minutos a pie de su primera parada.

Su nombre completo en alemán es Haus der Geschichte der Bundesrepublik Deutschland, o Casa de la Historia de la República Federal de Alemania.
Como su largo nombre indica, en este fascinante museo no se omite detalle alguno que documente la historia moderna de Alemania desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días.
Encontrará más de 7.000 objetos expuestos, muchos de ellos de forma atractiva y envolvente. Este museo, que abarca los periodos anterior y posterior a la reunificación alemana, se considera un vehículo de gran importancia para comprender el complejo pasado del país, y es uno de los más populares de Alemania.

Aparque aquí para acceder fácilmente a pie a los encantos históricos de Bonn.

Después de abrir el apetito contemplando los mejores edificios históricos de Bonn, es hora de disfrutar de la mejor gastronomía de la ciudad.
Los interiores de este fantástico restaurante, maravillosamente decorados, merecen por sí solos una visita, pero también ofrece comida tradicional alemana a precios razonables.
Sus "almuerzos estrella" entre semana ofrecen un plato cada día por menos de 10 euros, a la hora de comer. Un ejemplo típico sería el schnitzel al oporto vienés servido el lunes, la pechuga de pollo con salsa cremosa de champiñones servida al día siguiente y el pastel de carne frito con puré de patatas servido el miércoles. El menú a la carta también es muy variado. Pruebe la especialidad de la casa, el Laiberl de Beethoven, una sopa de patatas con lonchas de salami alemán y bacon en una hogaza de pan.
Es un local grande, así que lo normal es entrar sin cita previa, pero si prefieres reservar puedes encontrar el número de teléfono en su página web.

Camine hasta la Marktplatz (Plaza del Mercado) de Bonn para transportarse al siglo XVIII. Su elegante ayuntamiento, el Altes Rathaus, es un ejemplo perfecto de arquitectura rococó.
En el centro de la plaza se encuentra la Marktfontaine, una fuente a la que los soldados napoleónicos arrancaron el sombrero durante la ocupación francesa.
Haciendo honor a su nombre, en esta plaza también hay un mercado.

En la plaza Munsterplatz se encuentra la impresionante catedral de Bonn. Es una de las iglesias más antiguas del país y combina los estilos gótico y románico, ya que fue construida entre los siglos XI y XIII.
Aquí también podrá contemplar la imponente estatua de bronce de Beethoven, inaugurada en 1845 para conmemorar el 75 aniversario del nacimiento del compositor.

El 17 de diciembre de 1770 nació Ludwig van Beethoven en la Bonngasse 20. Hoy en día, el lugar es un museo y un monumento conmemorativo al hombre que se convirtió en uno de los compositores más talentosos de la historia.
Los visitantes no sólo pueden recorrer la casa, sino también sumergirse en su vida y obra en la exposición permanente, que exhibe más de 100 piezas originales. Se ofrecen visitas virtuales y guiadas.

Dado el tiempo que ha pasado bajo los tejados de los mejores museos de Bonn, es buena idea reservar algo de tiempo para pasear por los tranquilos alrededores del Freizeitpark.
Creado para la Exposición Nacional de Horticultura en 1979, sus 160 hectáreas de jardines son inmaculadas y el lago navegable, con sus seis puentes, es perfecto para pasear a última hora de la tarde.
Hay varios aparcamientos en las inmediaciones, como el Parkplatz Rheinaue.

No se lo diga a su dentista, pero Bonn es la cuna de Haribo. Su nombre deriva del de su creador, Hans Riegel, y de la propia ciudad, Bonn. En 1922, la empresa creó el primer caramelo de goma y lo llamó Gummibärchen (ositos de goma). El resto, como suele decirse, es jugosa y masticable historia.
A niños y mayores les encanta, así que no deje de hacerse con una bolsa como recuerdo perfecto (que hará bien en no devorar de camino a casa).

El ambicioso menú de varios platos llamó la atención de Michelin, que incluyó esta antigua casa de campo en su famosa guía, elogiando el filete de venado con arándanos, quinoa y remolacha.
Los comensales pueden elegir entre un menú de tres a seis platos, con otras especialidades como vieiras a la parrilla con albaricoque y perejil, salmonete confitado y pisto, y caviar de Rhön de esturión siberiano. Cada plato va acompañado de un maridaje de vinos recomendado.
Se recomienda reservar mesa en línea con antelación.

Llamado así en honor del químico alemán Carl Duisberg, que junto con su esposa está enterrado en el templo de Flora, los amplios prados se empapan de diversas flores de colores durante la primavera y el verano.