Trani y sus tesoros históricos

El Castello di Trani forma parte de un imponente sistema defensivo construido por Federico II de Suabia para proteger el Reino de Sicilia. Se levanta a poca distancia de la famosa catedral, estratégicamente situada en el centro de una bahía, cuyas aguas poco profundas han sido siempre una excelente defensa natural, tanto de la furia de las olas como de posibles ataques enemigos. Es interesante visitar las pasarelas exteriores abiertas recientemente al público. Ofrecen una imagen del castillo de cómo funcionaba antaño.

Coge el coche y ve al monasterio de la columna que se encuentra al sur de la ciudad de Trani. el monasterio está cerrado por obras y adaptación a un nuevo uso. sin embargo es interesante dar un bonito paseo que lleva al trabucco, bajo el monasterio y hacia la playa de Colonna. si el sol brilla es agradable sentarse en la playa y ver el mar.

Una excelente pausa para comer en el restaurante Terra di mare. Aprovecha el menú lleno de platos típicos de la zona.

El Castel del Monte fue construido hacia 1240 en una alta colina (entonces llamada Monte Balneolo), a unos 540 m. sobre el nivel del mar, en el territorio de la ciudad de Andria, amada por Federico II y definida con el sobrenombre de "Fidelis", por su lealtad y vínculo con el Emperador.
Los estudios histórico-clásicos remontan el Castel del Monte a la época de Federico II de Suabia, aunque parece seguro que el emperador suabo se detuvo cerca del castillo sólo unas pocas veces.
¿Cómo relacionar, por tanto, el Castel del Monte con Federico II de Suabia?
El primer y único documento histórico que atestigua una relación entre el Castillo y el Emperador de los Hoenstaufen es un decreto enviado por el propio Federico al verdugo del capitán Riccardo di Montefuscolo, el 28 de enero de 1240. En esta carta, Federico II de Suabia pide a Ricardo de Montefuscolo que prepare el material para la construcción (finalización) de su Castillo, cerca de un santuario hoy desaparecido (Santa María del Monte).
Entre las mansiones atribuibles a la figura de Federico II, Castel del Monte representa por definición la más fascinante y, al mismo tiempo, la más misteriosa.

El día fue agotador. Recomiendo ir al hotel para aprovechar el camino del spa y disfrutar para cenar de la cocina del restaurante interno: ofrece platos de fusión mezclados con ingredientes locales.