Langhe, una experiencia sensorial

Entre las provincias de Cuneo y Asti se encuentra la tierra de las Langhe: colinas que parecen no tener fin, cubiertas de hileras de vides que dan fruto en verano y que tras la vendimia se convierten en vinos finos. Barolo, Barbaresco, Nebbiolo, Roero. Son vinos que probablemente ya haya probado. Y si aún no lo ha hecho, este viaje le permitirá conocer sabores de los que no podrá prescindir. Para las mujeres, el Dolcetto es un vino más "suave". Las Langhe son también tierra de trufas: la trufa de Alba es sin duda la más conocida. Avellanas, de las que se encuentran en los chocolates típicos del Piamonte. Seguro que ya se te hace la boca agua. Hay muchas especialidades para degustar, las iremos viendo a medida que avancemos.

Quizás el nombre de Alba no le diga nada a muchos, pero seguro que todo el mundo conoce el de Nutella: la famosa crema para untar nació aquí mismo. De hecho, verá que, además de las vides, la vegetación alberga numerosos avellanos, al pie de los cuales suelen encontrarse trufas, otra especialidad de esta pequeña ciudad. Hoy degustaremos un excelente Barolo y no faltarán las fotografías en el banco gigante, ¡esta vez rojo!

Desayunamos y nos preparamos para otro día de castillos, buen vino, buena comida: Monteforte d'Alba, Novello, el Castillo de Serralunga, otro banco gigante, ¡hoy rosa!

Hoy terminamos nuestro itinerario, pero por el camino te sugiero que visites el Centro de las Cigüeñas y el Castillo de Pralormo, conocido por sus tulipanes.