Volver a Reikiavik

De camino a Reikiavik visitamos un lugar realmente fabuloso, el Parque Nacional de Tingvellir. Hay muchas actividades que hacer aquí: puede recorrer las rutas de senderismo, disfrutar de las tranquilas vistas de la orilla del lago, ir de excursión a las cascadas o bucear en la grieta entre las placas tectónicas.

De regreso a Reykjavik, almuerzo en uno de los mejores restaurantes. La comida es para todos los gustos. Por supuesto, hay platos tradicionales de pescado y marisco escandinavos, y si prefiere la carne, no deje de probar el cordero a la parrilla. También se sirven platos veganos.

La Casa del Puerto es uno de los varios edificios del Museo de Arte de Reikiavik. Aquí podrá ver obras de maestros consagrados de los siglos XX y XXI, así como de estrellas emergentes.
Una visita obligada para los aficionados al arte contemporáneo.

Vende sombreros, calcetines y jerseys tradicionales hechos a mano por artesanos locales.
Y si eres un entusiasta de las manualidades, puedes comprar muestras de hilo para que puedas tejer algo tú mismo.

Incluso los viajeros más activos necesitan descansar, especialmente si planea ir al bar por la noche.

Una cena tradicional islandesa. No hay nada que añadir.

El mejor bar de cerveza artesanal de toda Islandia. ¡El final perfecto para una aventura perfecta! Y si te acuerdas de que no has hecho acopio de recuerdos para tus amigos, llévales un par de latas de cerveza con un diseño llamativo e inusual; ¡seguro que se alegran!

Después de un día tan ajetreado y una noche aún más ajetreada, le gustaría acostarse en una cama caliente, pero ahora es el momento de comprobar si las maletas están hechas y si todo está listo para la salida de mañana.