Los mejores templos antiguos del Egeo

Türkiye tiene una larga tradición alfombrista; de hecho, la alfombra más antigua del mundo, la Pazyryk, que data del siglo V, se confeccionó con la técnica del nudo turco. Originalmente, las tribus nómadas de Asia Central fabricaban alfombras para cubrir los suelos polvorientos, y más tarde se convirtieron en objetos decorativos muy apreciados por la nobleza.
Las alfombras turcas siguen siendo muy demandadas hoy en día por su calidad, pero el mercado también está saturado de falsificaciones. Una alfombra turca "auténtica" se teje a mano en un telar, con lana o seda teñida con tintes naturales y una técnica de doble nudo (nudo de Gordes). Además, no tiene ningún soporte que la mantenga unida y debe poder verse el anudado en la parte trasera, que debe coincidir con el dibujo de la parte delantera.
Los pueblos de los alrededores de Milas son conocidos por el tejido de alfombras y esta empresa familiar es un lugar estupendo para ver cómo se tejen y aprender más sobre los diferentes estilos, colores y simbolismo de los dibujos. También sirven un fabuloso desayuno turco en el jardín, por si tiene hambre.

Deténgase aquí para disfrutar de una gran vista de Gokceler y para explorar una de las muchas cuevas que salpican este paisaje. Baje por el empinado pero sombreado camino desde el restaurante para llegar a la entrada de la cueva, donde puede pagar una pequeña cuota para que el guía local le muestre el lugar. No espere que hable inglés, pero eso no importa, ya que la belleza de las cavernas habla por sí misma. Las cavernas están bien iluminadas y hay un montón de estalactitas, estalagmitas y piscinas de piedra caliza para admirar; incluso hay una cueva de murciélagos (que, creo, son pipistrels).
Tenga en cuenta que las cuevas están cerradas los martes y los miércoles.

Después de la empinada caminata de vuelta a la colina, necesitará una bebida refrescante y, convenientemente, este lugar sirve cervezas frías y refrescos, junto con la vista más increíble a través del cañón. También es una buena parada para comer. No haga caso de los espaguetis a la boloñesa y el pollo con patatas fritas "para turistas" y coma como los lugareños: pida un gozleme caliente y mantecoso (pan plano relleno de queso), un plato de sucuk (salchicha frita de ternera y ajo, la versión turca del chorizo, pero sin cerdo) y una ensalada fresca para un almuerzo sabroso y saciante.

Lo que más me gusta de Türkiye es que el paisaje está "plagado" literalmente de cientos de yacimientos arqueológicos antiguos. Todo el país es como un gigantesco museo viviente. Y lo mejor es que la mayoría de estos yacimientos están relativamente inexplorados por los visitantes, ya que los autobuses turísticos se limitan a los lugares más visitados.
Euromos es uno de esos lugares por los que los autobuses suelen pasar de largo, pero tiene uno de los templos antiguos mejor conservados del país (¡y está justo al lado de la autopista principal!). El Templo de Zeus fue construido por los romanos durante el reinado del emperador Adriano (117-138 d.C.), el mismo que construyó la enorme muralla que atraviesa Inglaterra. Originalmente tenía 32 columnas, de las que se conservan 16. Del mismo modo que hoy en día la gente "patrocina" la construcción de edificios públicos, como teatros, los romanos ricos también pagaron la construcción de este templo. Si nos fijamos en algunas de las columnas, los patrocinadores llevan inscritos sus nombres, entre ellos Menekrates, médico, y su hija, Trifena. También se puede ver la firma de los canteros -un hacha doble- en algunas de las columnas.
Euromos es mucho más que un templo; también hay un teatro, una acrópolis y un ágora (un mercado abierto), pero el templo es el único edificio que se ha excavado por completo. Esto es lo que hace que sea divertido visitar este yacimiento: encontrar las otras ruinas. Siga los distintos caminos que parten del templo y encontrará las demás estructuras cubiertas de maleza y ocultas entre los árboles y la vegetación. Busque también los restos de las murallas defensivas de la ciudad.
Aunque hay una entrada al yacimiento, para la que hay que comprar un ticket, no está vallado, por lo que es posible que tenga que compartir la experiencia con ovejas y cabras.

La isla de Sapli (o Mango) es un lugar donde se puede ver a la gente caminar sobre el agua. Eso es lo que parece desde la distancia. En realidad, hay una calzada sumergida hasta esta pequeña isla, lo que significa que se puede llegar a ella vadeando el mar hasta las rodillas. Es una experiencia divertida, sobre todo en una tarde calurosa, o si te da pereza, puedes tomar algo en el café de la playa y observar a los demás.

Mavi Kitchen & Bar es una especie de restaurante con habitaciones. El alojamiento está distribuido al estilo de un motel alrededor de la piscina (si le apetece darse un baño nocturno) y las habitaciones son cómodas y están bien equipadas. Regístrese ahora antes de su paseo nocturno.

La primera vez que visité esta cafetería fue hace muchos años, cuando pasé un par de noches "acampando" en su aparcamiento (con el consentimiento del propietario, obviamente) y no ha cambiado mucho, aunque gran parte del resto de la ciudad se ha desarrollado hasta quedar irreconocible. Sigue sirviendo la mejor limonada casera y tiene la vista más increíble del antiguo Templo de Apolo de Didim. Acurrúcate en uno de los cómodos sofás, pide una bebida y contempla este hermoso templo iluminado por la noche (lo visitarás mañana).

Las vistas no son tan buenas como las del Oracle Café, pero la comida aquí es estupenda; pruebe el pescado fresco a la parrilla o encebollado. El ambiente de este restaurante tipo taberna también es agradable. La decoración es rústica, suele haber guitarra acústica en directo y la cerveza y el raki están bien fríos. Qué más se puede pedir.

Regreso al hotel.